Es habitual encontrar niños que suben
a los buses a vender caramelos o cuando el semáforo se pone en rojo se
apresuran a limpiar los parabrisas o muchas veces realizan malabares.
El término trabajo infantil suele definirse como toda
actividad que priva a los niños de su desarrollo físico y psicológico, e
interfiere con su escolarización.
Yolanda Zúñiga es comerciante y ha
trabajado en los alrededores del Mercado Amazonas durante 6 años, ha tenido que
mantener a 6 hijos, 3 mujeres y 3 hombres, “siempre he hecho sacrificios y me
he endeudado por darles el estudio”, son las palabras que con temple replicó
Yolanda al momento de referirse al esfuerzo que tuvo que hacer para preparar
académicamente a sus hijos; sin embargo, hace poco tuvo que retirar a una de
sus hijas de primer curso debido a las precarias condiciones económicas que
atraviesa, aunque recibe ayuda de su hija de 15 años, “me siento bien al ayudar
a mi madre, lo hago desde los 6 años” dice la joven a la que llamaremos Mariela.
El trabajo en Ecuador está permitido desde los quince años de edad,
excepto en actividades peligrosas. Mónica Figueroa, coordinadora del Área de
Protección Especial del MIES INFA,
trabaja a cargo de un proyecto de escolarización; ella se encarga de la
reinserción del infante al sistema escolar.
En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a
situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves
peligros, enfermedades y abandonados a su suerte.
Instancias de gobierno como el Ministerio de Relaciones Laborales,
Ministerio de Inclusión Económica y Social – MIES INFA, DINAPEN, GADs
Municipales, unan esfuerzos para erradicar el trabajo infantil a través de la
ejecución de algunos proyectos, a pesar de ello y según afirma Miriam Quirós, técnica de protección integral del INFA“las
cifras de trabajo infantil han disminuido pero en pequeños porcentajes” basándose
en datos del censo2011.
En los niños se deposita
alegría, inocencia, amor, los
sueños y la esperanza del mundo. Garantizar elderecho a la alimentación, salud,
educación es pensar en el futuro de un país. Es así que, en el art. 44 de la
Constitución se establece como obligación del estado brindar protección, apoyo
y promover el desarrollo integral, de niños niñas y adolescentes.
Empero, calificar como trabajo
infantil a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, del
tipo de trabajo en cuestión, la cantidad de horas y las condiciones en las que se realiza.
Por ejemplo, en años
pasados en Otavalo se evidenciaron algunos problemas que afectan directamente a
niños, niñas y adolescentes en temas de explotación laboral, mendicidad y
deserción escolar todo esto a consecuencia de una mala situación económica de
las familias, para dar una solución la Municipalidad de Otavalo
desarrolla el Proyecto “Escuela
Municipal de Oficios”, cuyo objetivo es profesionalizar a adolescentes
mayores de 15 años y personas de grupos de atención prioritaria, en actividades
artísticas y artesanales de cerámica y grabado, para que obtengan oportunidades
laborales acordes a las características propias de su edad. Se prevé profesionalizar alrededor de 40 jóvenes o
personas de los grupos de atención prioritaria en este año. El proyecto
constará de cuatro ejes de acción como: atención médica, capacitación,
formación artesanal, técnica y profesional.
“Este proyecto trabajará en un área de cobertura
comprendida dentro del Cantón Otavalo, especialmente en las zonas rurales donde
existe mayor incidencia de población indígena, sin dejar de lado a los
adolescentes y personas de atención prioritaria de la parte urbana y
urbano-marginal” manifestó Iván Hinojosa, Coordinador de Gestión del Patronato Municipal.
Los niños trabajan, por lo general, porque su familia es de escasos
recursos económicos, pero también por factores culturales como la concepción de que todos los miembros de la
familia son proveedores del hogar. Algunos padres justifican la vinculación de
sus hijos al trabajo aduciendo que en él adquieren valores como la responsabilidad,independencia
y la tenacidad para sobrellevar las dificultades.
El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Inclusión
Económica y Social llevan adelante una campaña publicitaria en contra del trabajo
infantil, basando la solución en el hecho de que la sociedad se niegue a
adquirir los productos o servicios que los niños ofrecen en las calles, lo que
genera un gran dilema, pues en muchos casos son los mismos niños los que se
resisten a estudiar por no dejar de lado
el trabajo. La problemática no sólo abarca a los niños sino a la familia, ya
que muchas veces es el entorno, el que
presionan a los niños para que trabajen.